23 de julio de 2012

¡Tú me enseñaste el Padre Nuestro!

Sara María Souibrat con Reina y Damas de la Sal 2011/12
Aunque no te recordaba desde entonces, pero cuando te ví un día en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Torrevieja, pensé: "Esta chica fue alumna mía". 

No llegué a habar contigo, pero en varias ocasiones volvimos a coincidir en la Iglesia y mi mente siempre me lo recordaba: "Esta chica fue alumna mía", así que el día de la Virgen del Carmen, cuando estábamos en el mismo barco, recorriendo la bahía de Torrevieja, junto a los marineros que estaban celebrando a su patrona, me acerqué y tocándote ligeramente en el codo, te pregunté: 

-"¿A qué colegio fuiste de pequeña?".   

Dándote la vuelta, mirándo a tu alrededor para ver quién te hablaba me contestaste:"Al Gratiniano Baches".

- ¿Te acuerdas de mí?, te dije rápidamente, quedándonos el uno frente al otro.

Tus palabras, sin dudar un solo segundo fueron; ¡Tú fuiste quien me enseñó a rezar el Padre Nuestro!. , mientras sonreías.
Sara María Souibrat, mi alumna

... 
 
Continuamos hablando de tí, de mí, durante un ratillo, pero aquello me llegó a lo más profundo de mi corazón, Sara María. Ha sido una gran alegría haberme encontrado contigo y que te acordaras de mí.

Tenías 3 años, era educación infantil, corría el curso 1997/98 cuando tus padres te matricularon en el Gratiniano Baches. Era mi octavo curso dando clase de religión católica y efectivamente, tenía por norma el primer trimestre enseñaros la Señal de la Cruz, para santiguarse y luego rezar el Padre Nuestro, en el segundo trimestre el Ave María, y en el tercer trimestre el Gloria y el Ave María Purísima. Así, como lo repetíamos en todas las clases, vosotros terminábais aprendiéndolo, y muy rápidamente.

Lo hacía con Educación Infantil y Primaria, y lo continué haciendo hasta los quince años de profesor de religión. Cuando pasé a Secundaria en el curso 2006/07, ya no lo hicimos más al principio de cada clase. Ahora les leo el Evangelio del día, o el del próximo domingo...

Los profesores solemos pecar de intentar hacer muchas cosas con los alumnos, pero cuando estás en clase, te das cuenta de la realidad, la limitación del tiempo, y que no todos los alumnos están receptivos. Te das cuenta, Sara María, que lo que importa es que los alumnos guarden algo de lo que les caló en la clase de Reli, con aquel profesor que te enseñó aquello que no sabías..., y de alguna manera te marcó y significó algo para tí en tu vida.

Sara María con Manuel Cosme el día de la Virgen del Carmen en Torrevieja
Pero lo que vosotros no sabéis, es que al final, los profesores somos los que también nos llevamos el alma marcada y llena de satisfacción, sobre todo, con palabras como las que tú me recordaste al verme: "¡Tú fuiste quien me enseñó a rezar el Padre Nuestro!".

Espero que te sirva para que tú se lo enseñes a tus hijos y te acerques al corazón del Padre Eterno que siempre te escuchará y te protegerá.

Te deseo todo el bien de este mundo.

Que el Señor te bendiga, querida alumna.

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