20 de agosto de 2012

Condenada a morir lapidada.

He recibido un correo de Amnistía Internacional donde informa que en Sudán, el país que está justo debajo de Egipto, han vuelto a condenar a morir apedreada a otra mujer, Layla Ibrahim Issa Jumul, de 23 años.

A Layla se le acusa de adulterio, y afirman que no contó ni con la asistencia de ningún abogado que la defendiera, así que fue condenada, sólo con su confesión. Aseguran las fuentes consultadas que la sentencia, además, contraviene la Constitución del país, que prohíbe la condena a muerte de mujeres embarazadas o lactantes. Además, Amnistía Internacional, basándose en el derecho internacional, se opone a que nadie pueda ser condenado a muerte por mantener relaciones sexuales consentidas entre adultos. Layla espera la ejecución a pedradas, encadenada con grilletes junto a su hijo de seis meses; por lo que están recogiendo firmas para que no le quiten la vida a esta joven.

Todo esto me hace pensar cómo vivimos nosotros en Occidente, y el cambio de moral, mentalidad y costumbres que tienen muchos países orientales. Me asombra cómo nosotros vestimos, hablamos, vivimos y transmitimos nuestra moral sin darnos cuenta lo "avanzados" que estamos frente a otras culturas y otros pueblos. El cristianismo, aun siendo más antiguo que el islam,  significó una apertura al amor, a la comprensión, al entendimiento, allí donde se predicó y se practica. ¡Ojo!, pero no hay que confundir caridad y amor, la entrega al otro-al amado-, con lascivia y adulterio.

Aunque sería tema para tratar en otro artículo, pero creo que no debemos llegar a los extremos. Los cristianos sabemos muy bien que nuestro cuerpo es templo de Dios, y aunque el Creador lo ha hecho para que disfrutemos, de forma ordenada y correcta y bajo una moral, para marcar la diferencia entre los seres racionales y los irracionales.


No seamos motivo de escándalo en nuestras familias, ni en nuestra sociedad, como dice S.Pablo, que no entristezcamos al Espíritu Santo de Dios con el que nos ha marcado el día de nuestro bautismo, (cf. Ef 4, 30), y un poco antes nos recuerda que no seamos como los paganos, que andan en la vaciedad de sus criterios (cf. v. 17).

Ante este hecho, le preguntaron también a Jesús, hace unos 2.000 años y él terminó diciendo que "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra" (Jn 8, 7).

Si quieres apoyar con tu firma a  Layla, aquí tienes el vínculo donde piden que firmes para exigir a las autoridades de Sudán que detengan la ejecución y liberen a Layla.

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