Millones de Jóvenes han recibido al Santo
Padre Francisco en Brasil.

Qué palabras tan bellas pronunciadas primero por San Pedro, el primer Pastor de
la Iglesia Universal
y ahora traídas a tan bello escenario el nuevo Pedro, a tan acertado momento:
"No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha
dado: Jesucristo".
El Papa se reconoce como venido en nombre del Señor para alimentar la llama del
amor fraterno que arde en todos los corazones...
Te pongo la portada del semanario católico Alfa
y Omega, donde se ve el momento que están viviendo en aquel lugar
privilegiado.
Hace dos años tuve la suerte de estar junto con mi familia, los dos últimos días
del encuentro con el Papa Benedicto XVI en Madrid, en Cuatro Vientos. Allí, a
pesar de la tempestad y los problemas surgidos, como el entrar el sábado por la
mañana y ya no "poder" salir hasta el domingo por al medio día; sin
maletas, sin comida, sin saco de dormir, sin paraguas ni chubasquero, pero con
la emoción, la alegría del momento y la satisfacción de saber que era allí
donde teníamos que estar.
Cuando se anunció la JMJ de este año, dijimos de ir, por la emoción del
momento, pero la distancia y las obligaciones, nos hacer pisar suelo y seguir
las noticias en la distancia, pero cercano en la oración y en la esperanza de
los enormes frutos de tal encuentro aportará a la salvación de este mundo.
Disfrutemos los mensajes y las imágenes que nos llegan y para dentro de unos
dos o tres años, el Señor dirá donde se volverán a dar cita los jóvenes
cristianos del orbe entero.