Según
publica un artículo, La Opinión el Correo de Zamora, sobre la Clase de
Religión, en España estamos dominados
por ideologías e intereses de unos y otros. Así queda constancia tras
celebrarse un Congreso en Suecia en agosto pasado se ha analizado la diversidad
religiosa en los diferentes países de Europa constatando que es solo en España
donde se están dando problemas ideológicos y políticos con esta asignatura en la Escuela Pública.
Es
una verdadera pena que los alumnos no puedan acceder a la riqueza que aporta la
asignatura de religión por culpa de algunas personas que no vivieron
personalmente los problemas de épocas pasadas y sin embargo siguen sintiendo el
resentimiento hacia esta materia.
El
tema hay que situarlo en el contexto histórico, social y cultural en el que hoy
vivimos. Las personas estamos dominadas por las ideologías e intereses de unos
y de otros de modo que nos estamos
jugando el futuro de las nuevas generaciones y además si desaparece la formación
religiosa en la escuela, se perderán tres dimensiones vitales:
- La dimensión cultural: "toda cultura es cultual y todo culto es cultural", afirma el antropólogo Lluís Duch. El ser humano no se puede quedar en los elementos exteriores de la religión sino en la cosmovisión de uno mismo y la del otro distinto de mí. Así que se puede afirmar que conocer otras religiones y ponerse en lugar del otro es una riqueza en la convivencia humana.
- La dimensión axiológica: el desarrollo moral de cada persona tiene mucho que ver con los valores, y tendrá que hacer frente más tarde o más temprano a una concepción religiosa establecida; por lo que toda opción moral tiene un trasfondo religioso tanto si es creyente como si no, y esto hay que tenerlo presente en la escuela.
- La dimensión antropológica: Es lógico que las leyes tienen que estar al servicio de las personas y no al revés. Los objetivos de la educación no se pueden reducir a la eficacia y convertir a la persona en un medio como mecanismo de producción.

Las
características del mundo han cambiado. El mundo globalizado en el que vivimos
exige trabajar la diversidad cultural, lingüística, geográfica en nuestras aulas,
sin olvidar la religiosa, porque esta sirve para potenciar los valores del
conocimiento y del reconocimiento de las distintas creencias y del respeto al
otro.
Cuentan que un búho le dijo a otro:
-Un
conocido político ha dicho que la LOMCE equipara saberse el Avemaría con
conocer álgebra.
-Sí,
respondió el otro, pero para algunos la religión es un residuo social indigno
de ser enseñado en la escuela.
-Ya,
respondió el primero. Creo que para algunos cristianos la religión es un
dinamismo vital tan fuerte, que no cabe encorsetarlo en la dinámica de la
escuela. ¿Cuándo se enterarán unos y otros de lo que realmente es la clase de
religión? Dios no cabe en una asignatura; el saber religioso, sí.
Creo
que es tiempo de sumar y no de restar saberes y conocimientos para nuestros jóvenes.