27 de octubre de 2013

Ideología e intereses en la Clase de Religión



Según publica un artículo, La Opinión el Correo de Zamora, sobre la Clase de Religión, en España estamos dominados por ideologías e intereses de unos y otros. Así queda constancia tras celebrarse un Congreso en Suecia en agosto pasado se ha analizado la diversidad religiosa en los diferentes países de Europa constatando que es solo en España donde se están dando problemas ideológicos y políticos con esta asignatura en la Escuela Pública.

Es una verdadera pena que los alumnos no puedan acceder a la riqueza que aporta la asignatura de religión por culpa de algunas personas que no vivieron personalmente los problemas de épocas pasadas y sin embargo siguen sintiendo el resentimiento hacia esta materia.

El tema hay que situarlo en el contexto histórico, social y cultural en el que hoy vivimos. Las personas estamos dominadas por las ideologías e intereses de unos y de otros de modo que nos estamos jugando el futuro de las nuevas generaciones y además si desaparece la formación religiosa en la escuela, se perderán tres dimensiones vitales:

  1. La dimensión cultural: "toda cultura es cultual y todo culto es cultural", afirma el antropólogo Lluís Duch. El ser humano no se puede quedar en los elementos exteriores de la religión sino en la cosmovisión de uno mismo y la del otro distinto de mí. Así que se puede afirmar que conocer otras religiones y ponerse en lugar del otro es una riqueza en la convivencia humana.
  1. La dimensión axiológica: el desarrollo moral de cada persona tiene mucho que ver con los valores, y tendrá que hacer frente más tarde o más temprano a una concepción religiosa establecida; por lo que toda opción moral tiene un trasfondo religioso tanto si es creyente como si no, y esto hay que tenerlo presente en la escuela.
  1. La dimensión antropológica: Es lógico que las leyes tienen que estar al servicio de las personas y no al revés. Los objetivos de la educación no se pueden reducir a la eficacia y convertir a la persona en un medio como mecanismo de producción.
Debemos defender con pasión y con toda nuestra fuerza la presencia de la religión en la escuela, pero con las mismas condiciones académicas y pedagógicas que cualquier otra asignatura. El viernes pasado lo comentábamos D. Enrique, el profesor de Filosofía del nuestro IES y yo, que si la asignatura de religión no tiene el mismo peso académico y la misma autoridad moral frente a los alumnos, debe desaparecer de tal escenario, porque es imposible poder dar esa asignatura.

Las características del mundo han cambiado. El mundo globalizado en el que vivimos exige trabajar la diversidad cultural, lingüística, geográfica en nuestras aulas, sin olvidar la religiosa, porque esta sirve para potenciar los valores del conocimiento y del reconocimiento de las distintas creencias y del respeto al otro.

Cuentan que un búho le dijo a otro:
-Un conocido político ha dicho que la LOMCE equipara saberse el Avemaría con conocer álgebra.
-Sí, respondió el otro, pero para algunos la religión es un residuo social indigno de ser enseñado en la escuela.
-Ya, respondió el primero. Creo que para algunos cristianos la religión es un dinamismo vital tan fuerte, que no cabe encorsetarlo en la dinámica de la escuela. ¿Cuándo se enterarán unos y otros de lo que realmente es la clase de religión? Dios no cabe en una asignatura; el saber religioso, sí.

Creo que es tiempo de sumar y no de restar saberes y conocimientos para nuestros jóvenes.  

8 de octubre de 2013

En tiempo de crisis, no hacer cambios...

    Hace ya muchos años, un querido amigo, me repetía para que yo la hiciera mía, aquella frase que dice "en tiempos de crisis no hacer cambios". Algunos la atribuyen a Santa Teresa, otros a San Juan de la Cruz, otros a San Ignacio de Loyola, pero yo cada vez que la oigo, me recuerda a mi querido amigo D. Ildefonso Cáses Ballesta, a quien tanto quería, y él me apreciaba...

      No sabemos muy bien, hacia dónde nos llevará la reforma educativa, concretamente lo que significará para el profesorado de religión, tanto a los profesores, al horarios, como para los alumnos que elijan esa "peligrosa" asignatura que tantos ríos de tinta está haciendo que se escriba.
 
    Unos dicen que se debe sacar la asignatura del horario lectivo, otros que la religión se debe impartir en casa y/o en las sacristías, otros que...; parece que nos precipitamos. Ahora lo que está llegando por radio macuto es que como estamos en crisis, quien le debe pagar a los profesores de religión son las Comunidades Autónomas. ¿Pero acaso ellas no forman parte también de las grandes redes del Estado Español?.

      Da la sensación de ir tirando balones fuera, y lo único que queda en el ambiente es que se está desprestigiando a este colectivo de hombres y mujeres que día a día hacen y pasan por la prueba de "sacar su oposición" de estar frente a los alumnos y ser juzgados diariamente para la elección de esa asignatura por los chicos para el curso siguiente.

       Y todo esto sin comentar nada sobre si los maestros de religión deben o no pueden "salir" al patio con los alumnos, como si les fuéramos a morder y contagiar alguna enfermedad o tal vez lleguemos a hacer proselitismo en ese lugar sagrado para los alumnos... ¡Cuanta tontería junta!

      Por favor que nadie se cuestione la gran labor que hacen estos profesionales que se dejan la piel en las clases, transmitiendo unos valores y unas virtudes para nuestros hijos y que por regla general, no se suele hacer en otras materias; creo ya es hora de reflexionar, que si estamos atravesando esta crisis, es debido a la falta de principios morales, éticos, pero no solo en los ciudadanos de a pie, sino empezando por los padres de la patria, llamados políticos y demás gente de mal vivir que con su ejemplo nos enseñan solo a barrer sólo para casa...

       Es tiempo de cambiar las técnicas que hemos utilizado y empecemos a dar una buena educación, y siendo coherentes y tratando que sea una educación íntegra, no solo en idiomas, conocimientos y demás ciencias, sino también en valores para que esa "personica" que tenemos hoy en nuestras aulas, mañana cuando le toque regir un país, una empresa o su propia familia, no sea un oso egoísta y acaparador, sino una persona solidaria y colaboradora con los demás por el bien de todos.

         Así, que vale la pena empezar la casa por los cimientos, y no por el tejado..., aprovechemos que estamos en crisis, para buscar soluciones y oportunidades frente a los problemas, empezando por nuestros hijos, porque a veces se olvida a los padres que la educación forma parte de los valores que sus hijos deben llevar en la mochila para toda la vida..., así que está muy bien en que coman y vistan bien, también deben llevar unos principios que son los cimientos para toda sus vidas.

         Señores, "a quien toque", dejemos hacer el trabajo a estos profesionales con dignidad y no los humillen y desprestigien más la labor de estos profesores de religión y moral católica, en centros y en la sociedad, porque no son unos parásitos ni unos parias, sino que realizan una labor digna de reconocimiento. Gracias.